Madre de víctima de Goncálvez cree que él se irá del país

La madre de Ana Luisa Miller, una de las tres jóvenes asesinadas por Pablo Goncálvez, dijo que “30 años es poco” y espera “que no le den la libertad”.

 

El abogado de Pablo Goncálvez pidió, la semana pasada, la libertad anticipada para su defendido, pues cumple dos tercios de su pena. Goncálvez fue procesado con prisión en 1993 por el homicidio de Ana Luisa Miller, y casi tres años después, mientras cumplía condena en la cárcel, se constató que también era responsable de  otros dos homicidios. 

La madre de una de las víctimas, Ana Luisa Miller, asesinada el 1º de enero de 1992, dijo hoy a radio Carve que en caso de que Goncálvez sea liberado, no cree que vaya a caminar libremente por Montevideo, teniendo en cuenta su pasado, y la condena social a la que se puede enfrentar. 

“No veo que si esta persona queda libre, vaya a estar suelto por la ciudad y por el barrio. Creo que se iría a otro país, si es que lo aceptan”, comentó Luisa Sichero.

La mujer consideró que por haber cometido tres crímenes “30 años (de prisión) es bastante poco” pero añadió que sobre eso no puede hacer nada, porque “son las leyes nuestras”.

“Confío plenamente en la Suprema Corte de Justicia (...) espero que no le otorguen la libertad", añadió la mujer. También dijo que no entiende ni comparte que Goncálvez viva como un rey en Cárcel Central.

LOS ASESINATOS. Ana Luisa Miller fue, en teoría, la primera víctima de Goncálvez. Este es el caso que él niega con más énfasis y por el que fue procesado mucho tiempo después.

La joven tenía 25 años y había ido a festejar Año Nuevo a un restaurante de Carrasco junto a su novio Hugo Sapelli. Luego concurrieron a una fiesta en Old Christians.

Posteriormente, Miller fue a casa de Sapelli y de allí partió a su hogar en un Fiat Uno. El cadáver apareció en Lomas de Solymar, semi enterrado, durante la tarde del 1° de enero de 1992.

Andrea Castro.     Apareció muerta en Playa Mansa, Punta del Este, el 20 de setiembre de 1992. Tres semanas antes, conoció a Goncálvez en una discoteca y se fue con él, según testigos. Su cuerpo mostraba señales de asfixia con una corbata.

El asesinato de María Victoria Williams terminó por develar la condición de Goncálvez. La chica, estudiante de periodismo, murió  el 8 de febrero de 1992 y su cuerpo apareció en las cercanías del arroyo Carrasco.

La investigación puso al descubierto que Goncálvez la engañó para hacerla entrar a su casa fingiendo una situación de urgencia. Una vez allí, la redujo mediante el uso de éter, para luego matarla.

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