Cunha suspendido por la justicia tras orquestar impeachment de Rousseff

La Corte Suprema suspendió al poderoso presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, entendiendo que usó su cargo en interés "propio e ilícito".

Un juez de la corte suprema de Brasil suspendió este jueves el mandato del presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, cerebro del impeachment contra Dilma Rousseff, por obstruir las investigaciones que lo involucran en el escándalo de corrupción de Petrobras.

La sentencia es una medida cautelar y atiende a un pedido formulado en diciembre pasado por la fiscalía, que afirma que Cunha usaba su cargo "en interés propio e ilícito para evitar que las investigaciones en su contra lleguen a buen término".

"No existe la menor duda de que el investigado no posee condiciones personales mínimas para ejercer, en este momento, en su plenitud, las responsabilidades del cargo de presidente de la cámara de diputados", señala el fallo del juez Teori Zavascki, al que accedió la AFP.

La decisión lo separó tanto de su mandato como diputado federal como de su cargo de presidente de la cámara, pero no le quita la protección de los fueros privilegiados que le permiten ser juzgado sólo por el máximo tribunal de justicia.

Cunha, de 57 años, es el segundo en la sucesión presidencial de Brasil y, si Rousseff es suspendida por el Senado para iniciar un juicio de destitución el 11 de mayo, quedará en primer lugar detrás del vicepresidente Michel Temer, que reemplazaría a la mandataria.

La fiscalía detalló 11 acciones en las que Cunha, un legislador ultraconservador y dueño de 150 dominios de internet con la palabra "Jesús", actuó en forma ilícita.

"Ya no está en funciones", informó la asesoría de prensa de la cámara de diputados.

"RETRÓGRADO Y CORRUPTO". La corte notificó a Cunha la decisión que le quitó de las manos el cargo por el que estuvo en el centro de la tormenta política que golpea a Brasil y que, una vez más, podría modificar el ajedrez del poder en el país.

Consultado acerca de si la medida no implica un avance de un poder de la República sobre otro, el diputado opositor Pauderney Avelino, del partido DEM, respondió: "La separación de un diputado federal de su mandato, en este caso del presidente de la cámara, puede ser sí una interferencia sin un juzgamiento del plenario del STF".

Algunos curiosos y decenas de camarógrafos de televisión se agolparon frente a la residencia de Cunha en Brasilia. Sus asesores comunicaron que permanecía dentro de la vivienda y no haría declaraciones.

"Es una persona manipuladora que legisla en beneficio propio. Representa lo más viejo de la política. Conservador, retrógrado, corrupto", dijo Maia Terra Figueredo, una filósofa de 35 años que se acercó hasta la casa de Cunha.

Polémico, poderoso, este legislador que se convirtió en la némesis de Rousseff es, además, el único político protegido por fueros que está siendo juzgado por la corte suprema en una causa que indaga si cobró 5 millones de dólares para facilitar un negocio en la estatal Petrobras.

En diciembre, cercado por denuncias en su contra y amenazado en la propia cámara de diputados con perder su mandato por faltas éticas, autorizó un pedido de impeachment contra la presidenta por supuesta manipulación de las cuentas públicas.

A la cabeza de la cámara será reemplazado por Waldir Maranhao, uno de sus aliados en el Partido Progresista, que también es investigado para determinar si se benefició del ducto de sobornos que drenó miles de millones de dólares de Petrobras a lo largo de una década.

Según Transparencia Brasil, más de 58% de los 513 diputados federales están bajo la lupa de la justicia o han sido acusados de cargos de corrupción, asesinato y violación. En el Senado, un 60% tiene problemas con la justicia.

MÁS CRISIS. El proceso de impeachment dejó a Rousseff al borde de perder la presidencia de una de las mayores economías del mundo. Analistas políticos y distintos sondeos indican que será suspendida el próximo miércoles y deberá recluirse a la espera de que termine el juicio, en un máximo de 180 días.

En ese escenario, será sucedida por el vicepresidente Temer, a quien acusa de haberla traicionado y de ser uno de los dos "jefes de la conspiración" que busca derrocarla. El otro es Cunha.

La defensa del gobierno es que Cunha aceptó el impeachment por "venganza" luego de que el izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), del que forman parte Rousseff y el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, apoyara un proceso en su contra en la Comisión de Ética de la cámara.

"Es una prueba importante en el sentido de que usaba el cargo para finalidades extrañas al interés público, como aconteció en el caso del impeachment, cuando amenazó a la presidenta de la República diciendo que abriría el proceso si el PT no le daba sus votos", dijo Eduardo Cardozo, abogado general del Estado que lidera la defensa de Rousseff.

Considerado el político más impopular de Brasil y comparado con Frank Underwood, el maquiavélico personaje de la serie "House of Cards", Cunha, no obstante, cuenta con un fuerte respaldo dentro del recinto.

Bajo su liderazgo, la cámara de Diputados le asestó una feroz derrota a Rousseff el 17 de abril pasado, al aprobar la instalación de un juicio para destituirla por un aplastante resultado de 367 votos a favor y 137 en contra.

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