AUF quiere que el "Proceso Tabárez" siga más allá de Rusia 2018

El presidente Wilmar Valdez no tiene dudas que esta forma de trabajar tiene que continuar. pero su mandato termina con el Mundial

El cuarto mundial de Oscar Washington Tabárez es un asunto que está dando vuelta al mundo.

Antes de iniciar la última eliminatoria, muchos dudaban que "El Maestro" pudiera atravesar estos dos años de estrés.

La salud del entrenador por entonces se había complicado. Una operación lo obligaba a entrenar a sus jugadores en un carrito de golf.

Las redes sociales -con su maldad intrínseca- habían condenado a la ironía su futuro como entrenador.

Pero una vez más Tabárez le ganó a todos, incluso a quienes critican su conservadurismo para los cambios, su ser defensivo y su estilo áspero de discutir con la prensa

Asumió luego de la impactante descalificación para Alemania 2006, en medio de un gran desconcierto y pesimismo.

Llegó bajo el brazo con un proyecto de largo plazo que rumió durante varios años y que fue el producto de su larga y destacada trayectoria como director técnico.

El plan tenía algunos pilares: definir un tipo de jugador de selección (profesional, personal), establecer un patrón de juego que sintetice las concepciones modernas con la tradición, y por último unificar estos criterios en un proyecto que tenga en cuenta a todas las selecciones juveniles.

En su anterior paso por la selección Tabárez pudo comprobar que se puede tener el mejor plantel de jugadores, pero si no hay espíritu de grupo, ni memoria de juego, es imposible que una selección nacional pueda funcionar a satisfacción.

Hay que tener en cuenta que Uruguay es un país de apenas 3 millones de habitantes, con la población envejecida (hay apenas 700.000 personas menores de 29 años) y el jugador de fútbol es un bien cada vez más escaso, sobre todo el preparado para la alta competencia.

En principio, pensó en volver al antiguo 4-3-3, pero pronto se dio cuenta que no tenía los jugadores para poder emplearlo. También es cierto que el mundo estaba innovando en esquemas y que Tabárez -de destacado paso por el fútbol italiano- conocía de sobra.

Consciente de todos los vectores, los propios y los que vienen de afuera (el público, la prensa, etcétera), apostó al gradualismo y a un esquema de juego en el que primero se reduce al rival y luego de despliegan las virtudes ofensivas del equipo.

En ese camino contó con aliados indispensables como Diego Forlán, Diego Lugano, Sebastián Abreu y muchos otros jugadores que ya no integran el Proceso Tabarez.

Fueron llegando, de a poco, otros futbolistas que se fueron integrando casi de manera artesanal, sin traumas, con mucha cautela. "Nosotros no hacemos locuras con la selección", dijo hace poco e entrenador, hablando de la incorporación del juvenil "Pajarito" Valverde, titular desde el partido con Paraguay.

El fútbol que despliega la selección uruguaya no el gusta a todos. Está basado en una defensa muy sólida y en un mediocampo aguerrido. Y sobre todo tiene dos de los mejores delanteros de la historia, una casualidad que hayan nacido en el mismo año y a pocas cuadras de distancia en la ciudad de salto.

Tabárez, es decir su proceso, ha tenido la suerte de tener a Luis Suárez y Edinson Cavani en su máximo nivel de evolución en este momento. Llegarán a Rusia con poco más de 30 años y en el pináculo de sus carreras.

Tabaréz sabe que para tener una chance de mejorar lo hecho tiene que encontrar mejores intérpretes para ellos, quizá el máximo debe que tiene esta Selección.

Lo cierto es que los resultados le han respaldado y dado crédito. Una clasificación directa le provee a la AUF de 10 millones de dólares y la promesa de más ingresos.

La selección uruguaya de tercera generación llegó al mundial, por primera vez, sin pasar por repechaje. Durante los 25 meses que duró, el equipo -más allá de los altibajos- nunca bajó de tercer puesto, en la que tal vez sea la prueva clasificatoria más complicada del mundo.

La AUF mira el balance y no tiene duda de que Tabárez deba seguir en la selección. El presidente del organismo, Wilmar Valdez, admitió que tuvo dudas antes de renovarle el último contrato a Tabárez. No sabian si tendría fuerzas de seguir, pero al escucharlo descubrió que el entrenador, de 70 años, tenía muy claro lo que faltaba por hacer.

Valdez, cuyo mandato termina con el Mundial de Rusia, no se puede comprometer a más. Sin embargo, en la trasmisión de Tenfield previa al partido, el dirigente reconoció que si hubiera voluntad de los clubes, se podrían reunir ya y comprometerse a la continuidad más allá de 2018.

Al exvicepresidente de Rentistas, le gustaría que este proceso siga hasta Qatar 2020. El DT ya trabaja para eso. Ha incorporado a jugadores como Bentancur, Lemos, Gastón Silva, el propio Valverde, que para entonces serán los referentes del plantel.

Muchas selecciones admiten que Tabárez ha marcado un camino, especialmente para los países emergentes que tienen procesos de selección que parten de la nada o casi.

Uno de ellos es el DT de Venezuela, Rafael Dudamel, quien ha confesado que el proceso que llevó a la Sub-20 vinotinto a disputar la final del mundo en Corea está inspirada en la "cocina" del Complejo Celeste.

Cuando una selección obtiene buenos resultados, obtiene respeto, obtiene ingresos y sobre todo deja una semilla para el futuro.

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