Mujica: "hace 30 años vivía como hoy y nadie se preocupaba"

El presidente fue entrevistado por La Tercera de Chile. Lo consultaron sobre cómo se siente cuando le dicen que es "el presidente más pobre del mundo".

 

La Tercera de Chile lo entrevistó cuando el mandatario concurrió a ese país. Aquí parte de la nota.

 En Uruguay dicen que usted está “re podrido” de la fama y que lo identifiquen como “el Presidente más pobre del mundo”.

-“Me asedia demasiado… me asedia demasiado… Hace 30 años vivía como vivo hoy y nadie se preocupaba”.

 En Montevideo, sin embargo, quienes lo conocen de cerca señalan que su estilo de vida también es una forma de hacer política.El sábado pasado, en Santiago, el uruguayo sostuvo reuniones toda la mañana y su oficina improvisada fue su habitación. Quinto piso, hotel Intercontinental, Vitacura. Un living pequeño y una cama de una plaza sin hacer de uno de sus asesores. El presidente había arribado a Chile el viernes por la tarde en un vuelo comercial para participar de la cumbre Celac-UE. Llegó al aeropuerto con una comitiva de cuatro personas, incluyendo a su enfermera, bajó del avión con el resto de los viajeros y el grupo de protocolo del gobierno lo tuvo que ir a buscar para rendirle honores de Jefes de Estado.

El Pepe, como lo llaman en Uruguay, acostumbra a viajar en clase turista. Los uruguayos se lo topan en restaurantes baratos de Montevideo y suben las fotografías a las redes sociales. No terminó nunca la carrera de derecho y le gusta filosofar: con frecuencia cita a pensadores -Epicuro y Séneca y los aymaras- para explicar que “pobre no es aquel que tiene poco, sino el que necesita infinitamente mucho y desea más y más”. Mujica lo dijo en su discurso en la cumbre Rio+20 en junio de 2012 -“la gran crisis no es ecológica, es política”- y lo reiteró en esta entrevista: “Yo no soy pobre, soy austero”.

La austeridad no da garantías de ser un buen gobernante.

-La austeridad no da patente de sabiduría a un gobernante y un gobernante ladrón puede ser un buen ladrón y un buen gobernante al mismo tiempo.

El estilo desaliñado del mandatario irrita a sus detractores que lo acusan de no vestir el cargo de Jefe de Estado. El uruguayo señala que tiene un fundamento ideológico. “Si yo quiero tener libertades, tengo que tener tiempo para vivir”, explica Mujica, un buen conversador que, si no fuera por sus asesores que controlan su agenda, podría pasar de largo y charlar toda la tarde. Poco antes de llegar a ser Presidente en marzo de 2010, por un período de cinco años, habló con un periodista por 28 horas y de eso salió un libro en el que arremetía contra todo el mundo: “Pepe: Coloquios”, del periodista Alfredo García. Ahí fue cuando catalogó a los Kirchner de “peronistas delincuentes”.

¿Usted cree que su estilo de vida ha tenido algún efecto sobre la sociedad uruguaya?

-No sé si tendrá efecto. Es difícil: tanto Uruguay como las sociedades modernas están metidas dentro de las culturas de acumulación y consumismo. Tienes mucho trabajo, quieres que a tus hijos no les falte nada, pero resulta que le terminas faltando tú, porque tienes tres trabajos.

Actualmente un 40% de los uruguayos aprueba su gestión, de acuerdo con una encuesta de diciembre. En 2009 ganó las elecciones con el 52% de los sufragios. No lo han ayudado la quiebra de la aerolínea Pluna, la sensación de que Mujica siempre agacha la cabeza frente a Cristina Fernández Kirchner -“negociar, negociar y negociar; hasta que resulte insoportable”, dice el presidente respecto de Argentina- y la sensación de que divaga mucho y ejecuta poco.

Una de sus frases recurrentes es: “Como digo una cosa, digo la otra”. En su país analizan, además, que existe una dicotomía importante entre el presidente y sus asesores, de una visión de izquierda, y el Ministerio de Economía y Finanzas. Con ese escenario, sus compatriotas dudan de que haya espacio para cambios estructurales profundos.

El Presidente Sebastián Piñera, pese al buen estado de la economía, no despega en respaldo ciudadano.

-Yo no tengo por qué opinar de lo que hace otro presidente. A mí lo que me preocupa es cómo anda el pueblo chileno. Anda revoltoso y debe tener sus razones. Pero el tiempo es un gentilhombre y va a decir la verdad. De repente Piñera tiene poco glamour, de repente es poco simpático para la gente, de repente es demasiado empresario… ¿Qué sé yo?

Mujica fue ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca del Presidente Tabaré Vásquez entre 2005 y 2008. Los dos pertenecen al Frente Amplio, una formación de 13 grupos que nació en 1971 y aglutina desde los comunistas a los socialdemócratas. En Chile, ciertos sectores de la izquierda observan con simpatía el modelo. “Generamos la siguiente tradición: ‘El que se va pierde’. Entonces nos mantenemos unidos, porque el que se separa desaparece políticamente. Nos costó mucho, pero aprendimos a negociar entre nosotros”, explica Mujica.

Pero también tienen diferencias: el ex Presidente Vásquez, quien aspira con buenas posibilidades a liderar el próximo período en 2015, es un duro opositor a la legalización de la marihuana que propuso Mujica en junio del año pasado y que causó interés internacional. De acuerdo con estudios de opinión recientes, el 64% de la población tampoco está de acuerdo. El proyecto contemplaba que el Estado ejerza el monopolio absoluto sobre el cultivo y comercio con fines recreativos.

Después, en diciembre, usted frenó su propia iniciativa, argumentando que la población “aún no está madura”. ¿Debe el Ejecutivo gobernar según las encuestas?

-El proyecto está en el Parlamento. Ahora entramos en receso y en marzo comenzamos la discusión de vuelta. En el último mes se votaron un montón de leyes que yo no quería que esto se aprobara en el fárrago de la ley del aborto y del matrimonio igualitario. Quiero que haya una larga discusión y después se vote. El problema no es la marihuana ni la drogadicción, el problema es el narcotráfico. En Uruguay, de cada tres presos, uno cumple condena por temas relacionados con estupefacientes y eso está pudriendo a toda la sociedad.

En América Latina, dice Mujica, “la vía represiva que venimos practicando hace 50 años está fracasando”. Y explica su proyecto de ley: “Tenemos que luchar para ganar el mercado del narcotráfico. Entonces si lo legalizo, lo regulo. Tú eres consumidor, te identifico y yo, Estado, te vendo. Pero si te estás pasando te digo: ‘Chiquilín, vení para acá que te voy a tratar’. Creo que eso es mucho mejor de lo que estamos haciendo hoy”.Para algunos de sus opositores en Uruguay, Mujica levantó el proyecto para desviar la atención de otros problemas internos.

Dejá tu comentario