JUEVES 5 Y VIERNES 6

Cumbre del Mercosur en Montevideo con un tema excluyente: las negociaciones de último momento con la Unión Europea

Este jueves y viernes se realiza en Montevideo la Cumbre del Mercosur. En la Unión Europea informan que hay negociaciones políticas de último momento y no se descarta algún anuncio.

Este acuerdo se negocia hace 25 años y aún no se le pone la firma. La negativa de Francia y la movilización de sus productores rurales ha dilatado un acuerdo que desde hace varios años parece avanzar pero nunca se concreta.

En las últimas horas la directora general de Comercio de la Comisión Europea, Sabine Weyand, aseguró que las negociaciones siguen a nivel político entre los dos bloques regionales.

"Si bien el trabajo ha avanzado, las discusiones continúan, incluso a nivel político", dijo Weyand ante la Comisión de Comercio Internacional del Parlamento Europeo, según informa este martes la agencia de noticias AFP.

Según la alta funcionaria de la UE, el nuevo comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, "está totalmente involucrado y mantendrá contactos con sus homólogos, incluso en las próximas horas".

El acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur, negociado desde hace 25 años, parece haber llegado a su instancia decisiva y no se descarta un anuncio al respecto en la cumbre de los países del Mercosur esta semana en Montevideo, agrega el informe de la agencia internacional.

“Nuestro equipo negociador ha mantenido contacto continuo con los negociadores del Mercosur, incluso a través de reuniones de nivel técnico en Brasil (...) incluso para permitir consultas adicionales", dijo Weyand.

En la opinión de la alta funcionaria, el acuerdo tiene "importancia estratégica (...) desde una perspectiva geopolítica, económica y de sostenibilidad".

"En el complejo panorama geopolítico actual, asegurar acuerdos comerciales con socios confiables es esencial para la seguridad económica y la resiliencia de la UE", afirmó.

Uruguay en transición

El canciller saliente de Uruguay Omar Paganini dijo en las últimas horas a la prensa que las negociaciones con Europa están en un momento "crítico".

"Esta semana estamos en un momento crítico que podría terminar en un acuerdo sobre el texto del acuerdo. Un acuerdo que, de concretarse, sería histórico, porque hace 25 años que estamos buscando este importante acuerdo que reúne a un conjunto muy importante de economías del mundo y que le permitiría al Uruguay, en particular, pero a todos los países que participan del acuerdo, mejorar su flujo de comercio e inversiones", señaló.

Paganini aclaró que el acuerdo sería sobre el texto del tratado, pero no de la firma definitiva, que sería en etapas posteriores. "Estamos en un momento de cierta incertidumbre, porque estamos en las etapas finales de negociación y es el momento en el que aparecen además los problemas y las voces opuestas al acuerdo", indicó.

Además, la peculiaridad de esta Cumbre del Mercosur para Uruguay es que será la última del gobierno de Lacalle Pou, que está en plena transición con el gobierno electo de Yamandú Orsi.

A favor del acuerdo

Por su parte, el eurodiputado español Gabriel Mato apuntó que en la última ronda de conversaciones todas las partes mostraron "firme compromiso de concluir las conversaciones lo antes posible".

"Quedaban, es verdad, algunas cuestiones pendientes, pero los negociadores estaban intentando definir claramente cuáles podrían ser los puntos de consenso", afirmó.

En cualquier caso, aún habría un camino por recorrer, ya que el texto negociado y eventualmente aprobado aún tendría que ser traducido y sometido a una revisión legal.

En opinión de Mato, el acuerdo "es una oportunidad única que no debíamos perder. Creo que más que un acuerdo es una declaración de intenciones sobre el liderazgo de Europa".

Rechazar el acuerdo, añadió, "es dar un regalo a aquellos que compiten con nosotros".

El eurolegislador español Francisco Millán Mons, a su vez, dijo que "necesitamos un acuerdo equilibrado en todos los sectores, pero ya hemos perdido demasiado tiempo".

La firma del acuerdo enfrenta la firme oposición de Francia, que alega el riesgo de una situación desventajosa para los agricultores europeos, especialmente los franceses.

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