El director del Instituto Pasteur de Montevideo Carlos Batthyany analizó este jueves en el programa Arriba Gente de Canal 10 lo ocurrido hace cinco años con la llegada a Uruguay de los primeros casos de Covid-19, y reveló detalles desconocidos, con anécdotas y decisiones que se tomaron entonces que pusieron al país a la vanguardia de la lucha contra el virus que afectó a todo el mundo durante varios años.
Director del Instituto Pasteur reveló detalles desconocidos de los días previos y posteriores a la llegada del Covid a Uruguay
Carlos Batthyany, director del Instituto Pasteur, contó anécdotas y decisiones tomadas en Uruguay en los primeros días de la pandemia del Covid. El rol que jugó el hermano del entonces ministro Daniel Salinas y el propio ministro, en su auto.
Battyany dijo que hubo “una primera etapa sorprendente” en el manejo de la pandemia, y mencionó al hermano del entonces ministro de Salud Pública Daniel Salinas, quien jugó un papel muy importante antes de que comenzara la crisis sanitaria.
“Esa primera respuesta tuvo un factor bien uruguayo que era el vínculo entre el recientemente nombrado ministro de Salud Daniel Salinas y su hermano, Gustvo Salinas, que ha pasado desapercibido durante toda la pandemia pero que jugó un rol crítico. Gustavo Salinas es profesor de la Universidad de la República, también trabaja en el Instituto Pasteur de Montevideo, y ya antes de que esto llegara a Uruguay (el Covid) le adelantó a su hermano, cuando sabían que podía llegar a ser ministro, que se prepararan porque sabía que lo que venía era algo fuerte y que iba a necesitar respaldo científico. Ese vínculo familiar, esa confianza de Daniel ministro de Salud Pública y su hermano, un gran científico, aceleró un proceso que si no, naturalmente hubiera demorado, y que en otros países no se da por esa falta de cercanía y de confianza. Cuando yo contaba esto en varios países, siempre era algo que sorprende”, contó Batthyany.
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“Entonces esa primera etapa, debido a ese vínculo de confianza, aceleró mucho y permitió respuestas increíblemente rápidas y que Uruguay en un mes tuviera cosas listas que antes no tenía”, agregó el médico y científico, en referencia, por ejemplo, a los test diagnósticos.
“Ese es el caso más paradigmático. A menos de un mes ya teníamos todo pronto para empezar a testear en Uruguay y ponernos a tiro con países del primer mundo”, destacó.
EL AUTO PARTICULAR DE SALINAS
Batthyany contó otra anécdota desconocida sobre los primeros días de la pandemia, hace cinco años, y que tiene como protagonista al entonces ministro Salinas, y su auto particular.
“El 13 de marzo fue los primeros cuatro casos. El 16 de marzo el rector de la Universidad Rodrigo Arim citó a una reunión de emergencia donde invitó a varias instituciones. Y en ese momento el decano de la Facultad de Medicina Miguel Martínez recibe una llamada del ministro de Salud Pública, Daniel (Salinas), para tener una reunión al otro día, 17 de marzo, en su oficina, en el MSP”, recuerda Batthyany.
En esa reunión se le informó al ministro Salinas que ya tenían un test producido en Uruguay para el diagnóstico de casos de Covid. Batthyany recordó que le dijeron al ministro que se probó que esos test “con los controles” realizados “funciona”. “Pero no sabemos si funciona con muestras de pacientes”, agregó.
Entonces había que probar los test con muestras de pacientes con Covid, para terminar de comprobar que los test desarrollados por los científicos uruguayos, en tiempo récord, funcionaban.
“Lo que precisábamos era que el laboratorio central del MSP le permitiera acceder a esas muestras al sistema académico para ver si todo estaba bien. El ministro salió en su auto a buscar las muestras”, recordó el director del Instituto Pasteur.
“Ese día de tarde las muestras llegaron al Instituto, se realizó el test, se vio que funcionaba correctamente y a partir de ahí ya se empezó a desplegar y en 10 días se firmó un acuerdo interinstitucional entre la Universidad de la República, el MSP y el Instituto Pasteur para producir los test y hacer los diagnósticos”, destacó.
DOS ETAPAS EN EL MANEJO DE LA PANDEMIA
Batthyany aseguró que “desde el punto de vista objetivo”, y sin entrar en consideraciones políticas (y menos partidarias) el manejo de la pandemia en Uruguay tuvo “dos períodos” distintos, uno de éxito y otro no tanto.
“Hubo un primer período, en el 2020, donde Uruguay era un ejemplo a seguir porque estábamos aplicando lo que se recomendaba, que era testear, seguir y aislar” al paciente, señaló. Eso se hizo “de manera muy efectiva”, recordó.
“Eso lo hicimos muy bien durante el 2020. Sobre el final del 2020 empezamos a perder la capacidad de testear y aislar a los pacientes positivos y ahí empezamos a tener una pérdida del control. Para mi la respuesta en el 2021 no fue la adecuada, sobre todo sabiendo que el 8 de diciembre de 2020 se había aplicado la primera vacuna en un ser humano”, señaló Batthyany.
“Es decir que la vacuna más pronto o más tarde iba a llegar, era cuestión de decir hasta cuándo podíamos aguantar, y ahí es donde empiezan muchas variables políticas, económicas, etcétera”, apuntó.
“Fue entonces un 2020 con un manejo excepcional y un 2021 donde estuvimos tres semanas siendo el peor lugar del mundo a nivel de contagios y de mortalidad”, lamentó.
En cuanto a la cantidad de fallecidos en Uruguay, Battyany dijo que la evaluación depende de con qué país se compare. “Globalmente creo que relativamente bien, pero hubo 7.000 muertes. ¿Podían haberse evitado? Bueno, yo considero que un gran número sí. De vuelta, sacrificando otras cosas que yo no puedo analizar porque no tengo expertise ni forma parte del área en la que yo trabajo. Pero desde el punto de vista médico, biológico sí, se podían haber tomado medidas donde se podrían haber reducido esas muertes”, agregó.
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