ENCUESTA DE EQUIPOS CONSULTORES

Evaluación de Lacalle Pou en diciembre: 58% aprueba y 25% desaprueba

Los datos de diciembre muestran un crecimiento fuerte de Lacalle Pou en el último bimestre. Su aprobación crece 4 puntos respecto a noviembre y 8 respecto a octubre.

Terminado el ciclo electoral, el presidente Lacalle Pou recibe en diciembre juicios mayoritariamente positivos de parte de los uruguayos. En el último bimestre crece su aprobación, y cae su desaprobación. El saldo neto se amplía hasta +33. Son los mejores registros de Lacalle Pou desde mayo de 2021, aún en plena pandemia por Covid-19, según la encuesta de Equipos Consultores.

La evaluación del presidente y su evolución

En diciembre, una vez conocido que Yamandú Orsi será el próximo presidente de los uruguayos, el actual presidente Lacalle Pou recibe evaluaciones de saldo positivo. 58% de la población aprueba la forma en que se está desempeñando, 25% la desaprueba, y el resto tiene juicios intermedios o no opina. En balance, el saldo neto (aprobación menos desaprobación) es de +33.

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Los datos de diciembre muestran un crecimiento fuerte de Lacalle Pou en el último bimestre. Su aprobación crece 4 puntos respecto a noviembre y 8 respecto a octubre (de 50% a 58%), y su desaprobación cae 4 puntos respecto a noviembre y 6 respecto a octubre (de 31% a 25%). Como consecuencia de estos movimientos el saldo neto de evaluación de Lacalle Pou, que había permanecido todo el año entre 15 y 20 puntos positivos, tiene un crecimiento acelerado y se sitúa al terminar 2024 en + 33. Mirado en perspectiva más larga, estos datos representan para Lacalle Pou la mejor evaluación pública desde mayo de 2021, cuando la aprobación alcanzaba el 60% y la desaprobación el 24% (saldo neto +36).

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Por tanto, resulta claro que, en forma similar a lo que ocurrió con Tabaré Vázquez, en su primer gobierno, y con José Mujica, el presidente Lacalle Pou termina el último año de su mandato con un rally de crecimiento de sus juicios públicos, y todo indica que se apronta a cerrar su mandato con números ampliamente positivos sobre su gestión.

Heterogeneidades

El presidente tiene una aprobación alta en el total de la población, y en todos los segmentos sociodemográficos. Como ejemplo, en términos geográficos, Lacalle Pou recibe juicios mayoritarios positivos tanto en Montevideo (52%) como en el interior (64%), aunque con más énfasis en esta segunda zona, como ha sido habitual a lo largo de todo el período.

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La mirada cambia cuando se incorporan clivajes políticos. Entre los votantes de la Coalición Multicolor, Lacalle Pou ha mantenido niveles de aprobación extraordinariamente altos. Por ejemplo, entre los votantes de Álvaro Delgado de la 2ª vuelta de noviembre, el 90% aprueba el desempeño del presidente y solo 1% lo desaprueba. Pero, como contracara, entre los votantes de Yamandú Orsi el balance es inverso. En este segmento 31% aprueba, y 50% desaprueba su desempeño.

La diferencia entre los segmentos políticos es habitual, y ha sido también una tónica de este período, incluso con mayor intensidad que en períodos anteriores. En el corto plazo, la mejora de los juicios sobre el presidente no proviene de su propio electorado (donde ya no tiene mucho más para crecer), sino principalmente de una disminución del tono crítico, y un moderado aumento de los juicios positivos, entre los votantes frenteamplistas. Es decir, la mejora reciente se explica más por los “ajenos” que por los “propios”. El fin del ciclo electoral, con la consecuente reducción de las tensiones políticas, puede estar incidiendo en este cambio de las visiones del público opositor. Este fenómeno, con roles invertidos, también se había observado en 2009 y 2014 e incluso también, en un contexto diferente, en 2019.

La comparación histórica

En la comparación con todos los presidentes del período democrático, Lacalle Pou continúa ocupando así el tercer lugar en el podio. Junto con Vázquez en 2009 y Mujica en 2014, es el tercer caso de presidentes que terminan su período con saldo holgadamente positivo (el primero que no es de izquierda). El “primer Vázquez” llegaba a diciembre de 2009 con un impactante 72% de aprobación y +61 de saldo neto (explicado, también, por un extraordinario apoyo de muchos “ajenos” además de los “propios”). Algo similar, pero en menor escala, ocurría con Mujica al terminar 2014 (65% de aprobación y +48 de saldo neto). El “segundo Vázquez”, en 2019, había mantenido juicios de saldo negativo durante todo su período, pero recuperaba al final, y terminaba el año con saldo levemente positivo. El resto de los presidentes anteriores (Lacalle Herrera, Sanguinetti y Batlle) terminaron con números rojos (habiendo sido electos con menor apoyo previo, por las características del sistema electoral anterior).

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