La mirada educativa del Centro Avanzar y un risotto solidario a beneficio en la explanada del Hotel del Prado

“Se nuclearon, se juntaron y fueron soñando este proyecto que hoy está acá construido”, agregó Rebella.

Allí, dijeron los alumnos, tienen Deporte, Cocina, Biología, entre otras materias. También salen de paseo a conocer distintos lugares.

“Armamos un plan acorde a las necesidades de cada uno de los chiquilines. De mañana tenemos las unidades curriculares, las asignaturas de liceo, y tenemos un espacio de fortalecimiento y acompañamiento estudiantil para los chiquilines que aún no están listos para esta transición del liceo”, agregó Rebella.

El proyecto se financia con las cuotas de las familias, lo que “hace un poco difícil sostener y es todo a pulmón”, indicó el director. Por eso, la asociación civil de padres hace eventos benéficos a lo largo del año.

“Si bien proyectamos y deseamos que haya una inclusión real de cara al futuro, la realidad es que hoy en día hay chicos que no pueden adaptarse a lo que es la vida del liceo. Por distintos factores, la cantidad de estudiantes, el ruido. Muchos elementos que dificultan lo que es la inclusión, entonces abrimos las puertas acá que ellos consideran su lugar, su espacio”, expresó.