BUENOS AIRES

Multitudinaria misa por el papa Francisco en plaza donde denunciaba la exclusión

"La complejidad del cuadro clínico y la espera necesaria para que las terapias farmacológicas tengan efecto requieren mantener el pronóstico reservado", indica el último boletín publicado sobre su salud.

Con cantos e imágenes de la Virgen, cientos de argentinos se volcaron este lunes a una misa a cielo abierto en la plaza de Buenos Aires donde el papa Francisco pontificaba contra la exclusión cuando era arzobispo.

En una tarde calurosa y lluviosa, el actual Arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, encabezó la misa a la que acudieron los fieles para rezar por la recuperación del pontífice argentino de 88 años, hospitalizado desde el 14 de febrero debido a una neumonía bilateral.

Su papado "es una bocanada de aire puro. Es una bocanada de oxígeno para un mundo asfixiado por la violencia, el egoísmo, la exclusión", dijo García Cuerva en el servicio, rodeado de banderas argentinas, imágenes de la Virgen y carteles con inscripciones como "Francisco rezo por vos".

"Que nuestra oración sea esa bocanada de aire puro que llegue a sus pulmones para que recupere su salud", añadió el prelado.

La misa se celebró en la Plaza Constitución, a metros de una de las principales terminales ferroviarias de Buenos Aires, por la que circulan miles de personas diariamente y en cuyos alrededores es común ver trabajadoras sexuales, vendedores ambulantes y personas durmiendo en las calles.

Allí, Jorge Bergoglio asistía anualmente a dar misas cuando era arzobispo, entre 1998 y 2013.

Refiriéndose a ellas, García Cuerva dijo en su sermón: "En esta plaza, Francisco decía que nuestra sociedad está llena de hombres y mujeres apaleados, golpeados al borde del camino. Que algunas organizaciones ligadas a la trata y al narcotráfico hacen de ella una fábrica de esclavos, una verdadera picadora de carne".

"Aquí en Constitución se ve la vida más cruda, sin maquillaje, se ve todo lo que significa a veces las consecuencias del narcotráfico, de la trata de personas", comentó además a la AFP.

Marcela Jiménez, una estudiante de psicología de 31 años que llevaba un cartel que decía "que te recuperes papa Francisco" dijo que esta era "la plaza donde él más denunciaba la exclusión, la discriminación, la injusticia social que se ve mucho en este barrio".

Al borde de las lágrimas, Mariana Martínez dijo a la AFP: "Francisco para mí fue el primer sacerdote que me crucé en un subte (metro). Y verlo cercano, con la gente, siempre me gustó. Por eso es mi mentor, es mi padre y es mi sacerdote".

"Una oración es muy poderosa. Llega a los oídos de Dios, pero también llega al alma de aquel por el que estamos orando. Ver todo esto para él debe ser un mimazo (una gran caricia) al corazón", agregó esta laica misionera de 49 años a la AFP.

De la misa participaron además organizaciones sociales y contra la trata de personas, bomberos voluntarios y los llamados "curas villeros", que ofician en barrios marginales y siempre han contado con el apoyo irrestricto de Bergoglio.

FUENTE: AFP

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