Murió Federico Luppi, uno de los grandes actores de la Argentina

    Fue un gran artista y una persona polémica. Compromiso social, problemas económicos y muchos reconocimientos en una carrera de casi 60 años.

    El actor argentino Federico Luppi murió este viernes a los 81 años. El miércoles había sido internado en la Fundación Favaloro.

    En abril había sido operado de un coágulo en la cabeza tras un accidente doméstico en el que se golpeó contra una mesa de luz.

    Falleció a las 6 de la mañana de este viernes.

    Luppi llevó a cabo un tratamiento en FLENI (Fundación para la Lucha contra las Enfermedades Neurológicas de la Infancia).

    Fue uno de los grandes actores dramáticos argentinos de los últimos 60 años junto con Alfredo Alcón, Ulises Dumont, Héctor Alterio, Lito Cruz, Julio Chávez y Ricardo Darín. Su estilo de actuación áspero, realista, fue un un modelo interpretación para varias generaciones.

    DE CASUALIDAD

    Luppi nació en Ramallo, provincia de Buenos Aires. Y a pesar de no haber perdido su tonada se consideraba también español.

    Fue profeta en su tierra. En Argentina le concedieron seis veces el Premio Cóndor de Plata al mejor actor, récord en la categoría.

    Fue un dibujante frustrado, según contó. Pero un día, de casualidad, se encontró con el teatro, contó en una entrevista con El País de Madrid.

    "Me puse a estudiar en La Plata. Haciendo Bellas Artes, una chica de otro curso se acercó a conversar, nos hicimos medio amigos, me invitó a ver un grupo de teatro, un grupo importante en la ciudad, y me fui quedando allí como oyente. Iba dos o tres veces por semana a ver los ensayos y ya me picó el gusanillo. Así que lentamente se fue desplazando la supuestamente inamovible vocación por el dibujo", señaló.

    La causalidad obró también a su favor. El elenco al que estaba siguiendo como periférico necesitaba un actor porque uno de sus integrantes -estudiante de Ingenuiería- fue obligado a dejar para continuar los estudios. La obra hizo que los productores de Buenos aires pusieran en su mira al nuevo artista.

    En ese momento, Luppi trabajaba en un banco para poder subsistir.

    En Buenos aires se integró al teatro independiente y dejó el trabajo de 8 horas.

    Al cabo de poco tiempo entendió que la profesión le iba a dar grandes alegrías y algunas tristezas. Apenas dejó su primer éxito estuvo algunos meses sin trabajar.

    "Estuve cuatro o cinco meses sin trabajar nada, ni un bolo, ni una parte, ni un rol pequeño. Fue el aprendizaje de que este oficio, o esta carrera, como quiera llamarlo, casa inequívocamente con la inseguridad.

    "Me ha ido muy bien porque soy un profesional serio. El actor depende de un montón de factores que son inmanejables: el director, la condición del mercado, la fluctuación de los climas políticos, el porqué en cierto momento la comunidad consume ciertas cosas y otras no, la situación de la competencia. Muy difícil", agregó.

    DEL TELETEATRO AL CINE

    En 1997 ganó el principal premio actoral en el festival de san sebastián por su papel en Martín (Hache) dirigida por Adolfo Aristarain, un director con el que tuvo una fecunda relación artística

    Sin embargo, su trayectoria está llena de éxitos desde que debutara en televisión en 1964 en el teleteatro "El amor tiene cara de mujer" y al año siguiente fuera convocado por el cine para trabajar en "Pajarito Gómez".

    Poco a poco fue dejando sus papeles de galán para convertirse en un actor de carácter. Su dicción entrecortada, su clásico bigote oscuro le otorgaorn un physique du rol perfectos para papeles de hombre malvado o rudo, o ambas cosas.

    Sus trabajos cumbres fueron, según los criticos, La Patagonia Rebelde (1974) y "No habra más penas ni olvido", ambas de Héctor Olivera), "Plata Dulce" (1982) con Fernando Ayala, así como las obras con Aristaraín como "Tiempo de revancha (1981), ültimos dias de la víctima (1982) y "Un lugar en el mundo" (1992).

    En los años 70 fue una figura en las revistas del corazón y en la publicidad.

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    En España -país en el que se radicó en parte desde 2001- también sembró una rica trayectoria artística. El laberinto del fauno (2006), dirigida por Guillermo del Toro, le permitió afianzar una carrera interacional más allá del ámbito latino.

    En 2002 filmó en Uruguay "Corazón de Fuego" de Diego Arzuaga junto a Pepe Soriano y Héctor Alterio.

    El último trabajo, cuyo estreno presenció,  había sido "Nieve Negra", dirigida por Martín Hodara y protagonizada por Ricardo darpín, un actor al que Luppi -en su estilo frontal- llamó "boludo" por sus posiciones políticas.

    UN CIUDADANO COMPROMETIDO, UN HOMBRE POLÉMICO

    A lo largo de toda su trayectoria artística, Luppi fue un ciudadano comprometido con los temas sociales. En los últimos años defendió con ardor los gobierno kirchneristas.

    En los últimos años se quejó amargamente de su situación económica a pesar de haber participado en más de 80 películas.

    Hombre de bajo perfil, no siempre abierto a hablar con la prensa de su vida privada, fue acusado décadas atrás de violencia de género por la actriz Haydeé Padilla, de quien se separó en 1986 tras una década de convivencia.

    Hace algunos años, la actriz uruguaya Brenda Accinelli pudo comprobar que su hijo Leonardo era fruto de su relación con Luppi.

    El chico, que ahora tiene 18 años, quiso conocer a su padre pese a la resistencia del actor, quien argumentaba que fue fruto de una relación pasajera. Acinelli dijo que la relación duró desde principios de 1998 hasta enero de 1999.

    Finalmente debió cumplir con la solicitud de la justicia de pagar una cuota alimenticia.

    Luppi dejó una esposa (la española Susana Hornos, con quien estaba en pareja desde 2003) y dos hijos: el exactor, y actual productor y director Gustavo Luppi y Marcela Luppi, también actriz. Ambos le dieron cinco nietos.

    Como actor Luppi fue un gran artista y dejó momentos únicos. La famosa escena de "Plata Dulce", cuando su personaje descubre haber sido engañado es parte de la historia grande del cine argentino.

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